Saltear al contenido principal
Tu escuela de natación infantil en Madrid y Toledo
Roberto colgado de una cuerda jugando sobre la piscina.

¿Quién está detrás de Trampolín?

¿Sabes quién está detrás de Trampolín?

Sí, ya sé que sabes que el alma de Trampolín es Roberto Dengra, pero ¿Sabes realmente quién es y cómo llegó hasta aquí? ¿Qué te parece si se lo preguntemos a él? ¡Vamos!

  • Buenas tardes, Roberto, la gente que viene a Trampolín quiere conocerte mejor ¿Te podemos hacer una entrevista?
  • Claro, nada me gusta más que hablar de mi proyecto.
  • Antes de nada, nos gustaría hacer como los buenos entrevistadores y conocer un poco más al niño que fuiste ¿Nos cuentas alguna cosilla?
  • Desde pequeño he sido un poco especial, ni mejor ni peor, simplemente diferente.

Tengo recuerdos de mi más tierna infancia, recuerdos de sensaciones, como los chantajes emocionales que los niños hacen a través del llanto para conseguir hacer lo que quieren o no hacer lo que no quieren. También recuerdo mi más absoluta incredulidad al ver a dos personas discutiendo por una sola verdad, no sabía que existía la mentira.

Un poco más mayor, ya con 8 o 9 años, no era un estudiante modelo ni tenía unos resultados académicos brillantes.

Me suspendían en naturales a pesar de ser el único de la clase que sabía cazar un conejo con lazo sin que nadie me lo enseñara, conocía todos los nidos de la zona y a qué especie pertenecían y cuando ponían los huevos.

En matemáticas no destacaba, a pesar de saber mejor que nadie cuántos clavos hacían falta y en qué distribución ponerlos para sujetar la cabaña que construí para observar los animales desde ella.

¿Quién está detrás de Trampolín? Roberto colgado de una cuerda jugando sobre la piscina.
¿Quién está detrás de Trampolín?

 

En clase, mi gran imaginación me hacía difícil mantener la concentración que me exigían si no me motivaban de un modo acorde, lo que me hacía más difícil aprender. A pesar de mi despiste, captaba conceptos que no se muy bien cómo enlazaba unos con otros, pero para salir del paso eran suficientes y me permitían aprobar raspadito.

En una ocasión un profesor me menospreció día tras día ante los demás y le di una lección. Sabía que metería la mano en mi mochila para encontrar alguna piedra o rama que solía tener y burlarse de ello, así que recopilé todas las cuchillas de los sacapuntas de los compañeros de la clase y las metí en el bolsillo en cuestión. Al fin y al cabo, era mi mochila y estaba en mi derecho de guardar lo que me diera la gana, pensé. Al meter la mano, como era de esperar, se cortó un dedo y desde entonces empezó a respetarme un poco, je, je, je.

No quería dejar ir mi infancia, no quería ser mayor antes de tiempo.

  • ¡Qué grande lo de las cuchillas! espero que no te volviera a molestar ¿Y cómo llegaste a esto de la natación?
  • Con 12 años ingresé en un club de natación en el que destacaba sobre los demás y eso hacía que me dieran un trato de favor en detrimento de algunos compañeros que se esforzaban más que yo, pero conseguían peores resultados deportivos. Esto a mí me abrumaba y no me hacía sentir bien, otros se esforzaban más y a mí me tenían como mono para lucirse ellos. Por eso dejé la natación competitiva muy precozmente, pasó de ser una actividad placentera a ser yo un juguete para los “mayores” y no me daba la gana.

Continuará…

Volver arriba